UN
APERO DE LABRANZA PARA LA INDUSTRIA DEL AUTOMÓVIL
Es por todos aceptado que los avances que estamos disfrutando en nuestro tiempo
están cimentados sobre los progresos que fueron conquistando nuestros
antepasados.
De
aquellas piedras de sílex talladas para construir sus herramientas (hachas,
puntas de flechas…), al dominio del fuego, al descubrimiento de la rueda… hemos
pasado a ordenadores y teléfonos móviles de última generación, vehículos de
todo tipo, aviones, naves espaciales…
Del
lento progreso de antaño estamos pasando a una evolución tan vertiginosa que lo que se inventa hoy mañana ya está
superado. Aún así, con esta velocidad de vértigo, todo lo que se va
construyendo se apoya sobre conocimientos anteriores.
En
las visitas guiadas al Museo se hace especial hincapié en esta reflexión a la
vez que se puede ver la evolución de las herramientas, enseres y modos de vida
a medida que avanzaba el tiempo. Cómo el hombre va dando respuestas a los
problemas que se le plantean y cómo va mejorando su calidad de vida.
"Arado romano", 6.000 años de historia sin apenas evolucionar hasta los años 60 del S. XX.
Cuando
explicamos el “arado romano” solemos hacer referencia a que está documentado su
uso en la antigua Mesopotamia hace 6.000 años y sin apenas cambios ha sido
utilizado en la comarca hasta la década de los años 60 del siglo XX. Seis
milenios sin evolucionar y sin embargo en los últimos 50 años el cambio ha sido
radical y casi inimaginable. La llegada de la mecanización, los tractores equipados con arados de hasta
más de nueve vertederas, ordenador, GPS, aire acondicionado a bordo… han supuesto un cambio drástico en el mundo
rural, incluyendo su despoblación.
Arado actual de tamaño medio con seis vertederas.
Sin
embargo, a pesar de esta evolución vertiginosa, en algunas ocasiones, artilugios
del pasado se adaptan a los nuevos ingenios sin apenas sufrir transformación
alguna. Es el caso que vamos a tratar en este artículo. La sencilla tecnología
del balancín, un apero utilizado con
los animales de tiro, que se sigue usando sin apenas sufrir cambios en los
limpiaparabrisas de nuestros automóviles.
Balancín para un solo animal.
La
Real Academia de la Lengua en su diccionario define balancín como “madero al que se enganchan los tirantes de
las caballerías, en coches de caballos”.
Recreación de cómo tira el animal equipado con collarón, tirantes y balancín arrastrando un tronco.
Existen
balancines para un solo animal, y dobles para cuando el trabajo lo realiza una
pareja. En las películas del oeste podemos ver el uso de balancines en las diligencias tiradas por dos o tres parejas de caballos.
Recreación de una pareja de animales arrastrando un tronco con un balancín doble.
Este
sencillo apero es una palanca, una balanza, de ahí su nombre. Su función
es equilibrar las fuerzas bien sea con un solo animal o con dos o más que trabajan en un mismo tiro. El
uso de la palanca se pierde en la noche de los tiempos. El sabio y polifacético
Arquímedes (287–212 a. C.) decía: “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”.
Los
animales de tiro con los que se suele usar
el balancín son las mulas y los machos (mulos), los caballos y los
burros. Estos animales van aparejados con un collarón (collera,
collerón) del que salen dos tirantes laterales que van unidos al balancín con
unos ganchos, a su vez, el balancín va enganchado donde queremos ejercer la
fuerza, y puede ser un carro, un cultivador, un tronco…
Tronco listo para ser arrastrado por una mula. El balancín es metálico y los tirantes son de cadenas.
En
cambio, los bueyes habitualmente trabajan en pareja y van guncidos (uncidos) al
yugo con coyundas de cuero, en este caso no se necesita utilizar el
balancín para el equilibrio de fuerzas. El mismo yugo hace de balanza ya que el
tiro se realiza en el centro del yugo, entre ambos animales. Es en el centro
del yugo donde se encuentra el sogueo (sobeo), que es un trenzado
muy fuerte de cuero unido al yugo y que deja un hueco circular en el que alojar
el varal
(timón, lanza) de carros, arados y otros aperos de labranza.
Pareja de bueyes uncidos al yugo con las coyundas y fronteras. El varal del carro sujeto al sobeo asoma entre los dos bueyes. El mismo yugo hace la función de balancín.
Todos
sabemos que cuando un coche toma una curva, las ruedas interiores tienen menor
recorrido que las exteriores. Cuando una caballería está tomando una curva
sucede lo mismo, el tirante interior tendrá menos recorrido que el exterior y
este desequilibrio lo compensará el balancín. Cuando la curva la toma una
pareja de animales el problema se
acentúa siendo aún más importante la función que realiza el balancín.
Otra
interesante función que cumple el balancín es la de mantener separados los
tirantes del cuerpo del animal para evitar roces que le puedan provocar heridas
en los cuartos traseros. De esta forma los tirantes, que nacen del collarón se
mantienen paralelos al cuerpo del animal gracias a que la longitud del balancín
es ligeramente superior a la anchura del animal.
EL
BALANCÍN Y EL LIMPIAPARABRISAS
El
limpiaparabrisas, bonita palabra que nos ponían de ejemplo en la escuela cuando
nos explicaban las palabras compuestas, limpia-para-brisas.
Modelo de limpiaparabrisas habitual en muchos automóviles.
Cuando
en su día reparé en que muchos limpiaparabrisas de los coches eran idénticos al balancín que utilizaban nuestros antepasados en las labores de labranza me llevó, una
vez más, a reflexionar sobre cómo la humanidad va progresando aprovechando el
bagaje de conocimientos que el hombre ha acumulado a lo largo de su historia.
Despiece de un limpiaparabrisas. Sobre la flecha gruesa ejerce la presión el brazo y se va repartiendo por los balancines para que el ajuste de la goma sobre la luna curvada sea perfecto.
El
balancín y el limpiaparabrisas, aunque idénticos tecnológicamente, y en ambos
casos están destinados a equilibrar fuerzas, sin embargo hay una pequeña
diferencia, mientras que en el balancín la fuerza de tiro (potencia) se ejerce
en los extremos y la resistencia está en el centro, en el limpiaparabrisas la
fuerza se ejerce en el centro y la resistencia estaría en los extremos.
Balancín y limpiaparabrisas idénticos.
La tecnología del automóvil utiliza de múltiples formas el sistema de palancas y balancines, incluso las piezas destinada a regular la apertura de las válvulas de los cilindros recibe el nombre técnico de balancines.
Seguiremos construyendo sobre lo heredado lo cual casa perfectamente con nuestro lema: “Una mirada al pasado. Un paso al futuro”. El Museo seguirá
dedicando sus esfuerzos a conservar y divulgar el saber y la cultura de
nuestros antepasados.